jueves, 4 de diciembre de 2008

THE DICTATORS



Miércoles 1 de Octubre de 2008
Sala Apolo 2

La última vez que estuve en casa de Guille de Zona 84 degustamos el magnifico último disco de los Dictators. Ahora tocaban acá, a dos calles de donde estoy viviendo, así que no podría dormir tranquilo sino iba a ver ese show.
Llegué del trabajo, me cambié de ropa y ya estaba ahí. Un local con capacidad para cuatrocientas personas y ya estaba bastante llenito. Traté de hacerme un lugar, vi el camino indicado y me incorporé a la barra. Sonaba Story Of My Life de Social Distortion mientras pedía mi cerveza.
Remeras de MC5, The Stooges y Ramones eran las que más se dejaban ver. No tuve que esperar más que lo que duró mi cerveza para que los cinco newyorkinos estén sobre el escenario.
Una mítica banda de punk rock en la que toca el violero de Manowar era digna de ser vista. La gente estaba expectante y empezaron a tocar. El público presta su voz a todos los coros, pero nadie queda ajeno a temas como Pussy And Money, o Who Will Save Rock And Roll. Cuando escuché este tema la entrada ya estaba paga, que temazo.

Manitoba lleva la banda adelante, sin necesidad de ser un cantante. Es un tipo que canta hablando, cuenta historias con música de fondo. Ya no tiene la peluca que mostraba en la portada de sus primeros discos, tiene un look medio gangstaraper. Algunos se cruzarían de vereda para no cruzarlo. Fue taxista por las calles de Nueva York, no desencajaría saltando en una tribuna del fútbol argentino. Es un arengador. Se ríe del público, de sus compañeros y de él mismo. Es un grande.

El bajista es el motor de la banda. Le note un cierto parecido físico a un dentista del que fui paciente. Es un tipo tranquilo, pero está ahí. Canta un tema y todo. Te deja con la boca abierta.
Los violeros son una máquina, sobretodo Ross “The Boss” Friedman, fundador de Manowar. Quien obviamente muestra su pasión por el metal y cuando empieza a puntear el Diablo no mira para otro lado. El batero también le da sin remordimiento.

Esperaba encontrarme con una banda achacada por los años, pero todo lo contrario. Están en plena forma.

Poco después de las doce de la noche ya estoy en la cama, mañana hay que seguir trabajando, pero estoy contento. Viva Dictators!

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