Jueves 24 de Julio de 2008
Sala Razzmatazz 2
Para ser sincero nunca fui un seguidor de esta banda, ni siquiera tuve un disco. Había vistos algunos videos y solía escucharla cuando visitaba a alguno de mis amigos de The Broken Toys. De esas visita solo me quedó resonando el It´s Martini Time. Pero las expectativas por ver a El Reverendo tan venerado por mis amigos estaban ahí, ascendiendo, a flor de piel.
Unas cervezas en el bar de la esquina y cerca de las diez ya entrar al lugar. Lugar que suele oficiar de mega disco, pero por el cual también han pasado incontables artistas de renombre en el mundillo rockero. Para este evento estaba destinada una sala en la que entrarán cómodas unas mil almas. Pero siendo generoso creo que habrá estado a la mitad de su capacidad de público.
Un público en el que obviamente primaba el look rock a billy, psychobilly y que también habría paso a algún que otro heavy, de esos heavys que quedaron pelados, pero resistiendose a la calvicie mantienen el pelo largo y no cuidan su figura. El esteretipo del heavy español diría yo.
Extrañamente fue la primera vez que sentí frío en un concierto. Sí, frío. El aire acondicionado parece ser que estaba a tope. Me mezclé entre la gente. Me fui adelante de todo. Pero igual, hacía frío.
Y el esperado trío americano empezó a sonar. Inmutables, tema a tema sin darse un respiro. El Reverendo no se comunica con el público más que para decir un eventual “thanks” entre algunos temas. Cosa que me sorprendió un poco, esperaba otra cosa, porque había visto videos de shows en los que relataba alguna historia, presentaba los temas y cosas por el estilo. Igualmente hace hablar a la guitarra, la guitarra habla por él. Y como de inglés yo sé tan poco como él de español no me preocupa que no hable de más.
El contrabajista cumple, no la rompe, pero cumple. Baila con el instrumento, se sube al contrabajo, deja que el Reverendo también le pise el cajón, hace su show, aporta con los coros y suda por los tres.
Al batero seguro le tira más el metal que la música de los cincuenta. Toca con doble pedal, pela.
No me extrañaría que para salir a tocar haya puesto como condición tocar un tema de Black Sabath. Y eso hacen, tocan Paranoid y “casualmente” lo canta el batero. El tema es muy bien recibido, se alzan los típicos cuernitos y todos contentos. Además de esta versión, tocan el clásico Rock This Town de Stray Cats, el público ahí se mueve más suelto, se anima a bailar. Pero la gente se sorprende para mal cuando hacen una versión de Smell Like Teen Spirit de Nirvana. Al principio no causa gracia, queda como desubicada, pero al final, por lo bajo y como con vergüenza, la gente lo termina coreando.
Hacen un buen repertorio de temas propios, liderados por las mágicas cuerdas de Jim Heath (Aka el Reverendo). Poco menos de dos horas alcanzan para dejarme más que conforme. Ahora hay que ir corriendo hasta al Metro, llegar antes de medianoche o quedar como La Cenicienta, sin zapato y sin transporte. Me voy contento, con la certeza de que no acudí a ningún acto religioso. Amen.
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